domingo, 19 de agosto de 2007

Miércoles 15/8/07 /Vanessa Martínez

Estuve en la mar y estás guaneras no me respetan
me tiraban mierda en la cabeza.
Suspire en el colectivo que me lleva a casa a cuanta gotita que dejé en el océano revuelto.
Suspire indestructible y la pared se cae a mi costado como si no costara vivir en Perú.
Todo tiembla.
La gente tiembla, se bailan sus órganos, todo se tiembla.
En las esquinas agrietadas de mi casa
mi hermano es un poste en la esquina de la calle en medias.
Me grita aterrado con cara de gato
sus ojitos son vidrios y no ríe y no importa nada,
porque importa todo.
Por fin he conocido a mis vecinos.
A estos chulos amigos.

Yo pienso en llamarte y decirte:
¿Estás bien?
Yo no
Esta vieja grita con todo terror y me ha dejado sorda.
Y quiero decirte:
Me escuchas, me escuchas
soy un polvito más de la telúrica combustión.

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